Si os dejáis guiar por mí y por el sacerdote llegaréis poco a poco a realizar aquello que mi hijo Jesús desea.
No os desaniméis si os parece que os pido demasiado. No os afanéis, tratad de hacerlo todo con calma, y vivid abandonándoos completamente a dios.
Amaos recíprocamente y orad por los que sufren y por los que os hacen sufrir.
Cada uno de vosotros tiene su cruz, pero antes que vosotros y más pesada que la vuestra la hemos llevado mi hijo Jesús y yo.
Consagradme vuestra familia y vuestra comunidad para que pueda ofreceros a dios santo e inmaculado.
Roma, 6 de noviembre de 1988 - h.5:30 p.m.
Mensaje de nuestra señora
mis queridos hijos, os invito a intensificar el amor hacia el prójimo y sobretodo el amor hacia los que os continúan haciendo sufrir.
Con el amor se vence la gran batalla del mal. Orad y amad. Amad y orad. Con la oración y el amor podéis realizar todo lo que os parece imposible.
Jesús os ama, yo os amo, y vosotros, mis queridos hijos, si queréis seguir nuestro camino debéis amar.
Roma, 24 de noviembre de 1988 - h.5:45 Pm
mensaje de nuestra señora
llegan para todos momentos de abandono, de soledad y de desánimo como ha vivido también mi hijo Jesús.
Alzad entonces la mirada hacia él y os daréis cuenta que cercano está. Cuando alguno os ofende y no sois capaces de perdonar, pensad cuantas veces Jesús ha sido ofendido y calumniado y ha perdonado siempre hasta en su cruz cuando ha dicho: "padre, perdónales que no saben lo que hacen".
Os invito a orar porque solo con la oración se encuentra la fuerza de perdonar a los que hacen sufrir.
Orad para ser capaces de amar a todos, para vivir en la paz con Jesús y los hombres que están a vuestro lado.
Mis queridos hijos, si conseguís vivir los mensajes que os doy, encontraréis a Jesús, fuente de paz y de amor.
Vivid siempre en el amor de dios también cuando parece que todo se derrumba a vuestro alrededor.
Lo repito aún una vez más: meditad los mensajes que os doy y tratad, con todo el corazón, de ponerlos en práctica.
Si escucháis mis palabras os sentiréis animosos y fuertes para proseguir en el camino de la santidad a la cual todos sois llamados. Recordad que dios respeta siempre vuestra libertad.
Hijitos míos, ayudadme a salvar a la humanidad que se encuentra viviendo en este tiempo tan duro, difícil y peligroso.
Os invito a la conversión, a la oración y a la penitencia. Todos tendréis paz solo cuanto hayáis encontrado a dios.
Roma, 26 de noviembre de 1988
mensaje de nuestra señora
mis queridos hijos, continúo invitándoos a orar. Os exhorto a no hablar mal el uno del otro y si tenéis algo que decir, hablad directamente con el interesado con amor y caridad.
Cada uno de vosotros sabe si se equivoca o no, Jesús os ha dejado libres de hacer el bien o el mal. a menudo el mundo se aprovecha de los buenos, se comporta con ellos sin respeto y los trata con orgullo. Vosotros poned en práctica las enseñanzas de mi hijo Jesús: "sed sencillos como palomas y astutos como serpientes".
Roma, 4 de diciembre de 1988 - h.5:30 p.m.
Mensaje de nuestra señora
os he dicho que con el ejemplo podéis hacer mucho, pero debéis estar unidos a mí y a vuestro Jesús. Ayudad a quien quiere caminar por la vida de la santidad, orad por quien no quiere ir a dios.
Mensaje de nuestra señora
hijitos míos, buscad la palabra de dios, es un gran tesoro contenido en la biblia. Al igual que no podéis amar a una persona que no conocéis, tampoco podéis amar a dios si no conocéis sus revelaciones.
Cuando estáis enfermos de cuerpo, os preocupáis y os curáis, ¿por qué cuando estáis enfermos o muertos espiritualmente no utilizáis los medios que mi hijo Jesús ha puesto a vuestra disposición: los sacramentos? meditad estas tres palabras que voy repitiendo desde los primeros mensajes:
conversión, oración y ayuno.
No se puede hacer un camino de crecimiento cristiano y de santidad si no ponéis en práctica las enseñanzas que os he impartido, son las mismas que mi hijo Jesús ha predicado y que están contenidas en el evangelio.
Ayudad al prójimo que se encuentra en dificultades y en la necesidad aunque os cueste sacrificio; la caridad ocupa el primer lugar, las otras virtudes sin la caridad no sirven para nada.
Hijitos míos, preocuparos, orad, y actuad para la salvación del alma de vuestros hermanos, si cooperáis a la salvación de una sola alma, vosotros seréis preciosos a los ojos de dios que os recompensará con el paraíso.
Roma, 5 de febrero de 1989 - h.5:45 p.m.
Mensaje de nuestra señora
mis queridos hijos, abandonaos a dios, hasta que no os abandonéis a dios el camino será duro.
Caminad poco a poco, sin deteneros, tratad de poner a mi hijo Jesús en primer lugar. si sois capaces de poner a mi hijo en primer lugar, todo será más fácil en la vida y la jornada discurrirá en la paz de dios.
Escuchad la santa misa y comulgad. Antes de recibir cualquier sacramento preparaos y después de haberlo recibido haced una adecuada acción de gracias.
No tengáis prisa, no miréis el reloj, esos 5 ó 10 minutos de más que dais a dios os darán una hora de más, una hora de felicidad y de paz en familia.
Roma, 2 de abril de 1989 - h.5:30 p.m.
Mensaje de nuestra señora
comenzad con el abandono total a dios, todo lo que tenemos es un don suyo.
Os invito al ayuno; el mejor ayuno es el de pan y agua, a éste añadid la televisión y el tabaco y haced aquellos pequeños florilegios tan agradables a mi hijo Jesús. Muchos florilegios forman una flor y muchas flores forman una corona que vuestro amor puede ofrecer a dios.
Recordad: las oraciones no son nunca inútiles aunque no obtengan lo que vosotros pedís, porque dios conoce mejor que vosotros vuestras necesidades v lo que os hace falta.
Vuestro programa espiritual se puede encerrar en dos palabras: amor y oración.
Roma, 29 de abril de 1989
No os desaniméis si os parece que os pido demasiado. No os afanéis, tratad de hacerlo todo con calma, y vivid abandonándoos completamente a dios.
Amaos recíprocamente y orad por los que sufren y por los que os hacen sufrir.
Cada uno de vosotros tiene su cruz, pero antes que vosotros y más pesada que la vuestra la hemos llevado mi hijo Jesús y yo.
Consagradme vuestra familia y vuestra comunidad para que pueda ofreceros a dios santo e inmaculado.
Roma, 6 de noviembre de 1988 - h.5:30 p.m.
Mensaje de nuestra señora
mis queridos hijos, os invito a intensificar el amor hacia el prójimo y sobretodo el amor hacia los que os continúan haciendo sufrir.
Con el amor se vence la gran batalla del mal. Orad y amad. Amad y orad. Con la oración y el amor podéis realizar todo lo que os parece imposible.
Jesús os ama, yo os amo, y vosotros, mis queridos hijos, si queréis seguir nuestro camino debéis amar.
Roma, 24 de noviembre de 1988 - h.5:45 Pm
mensaje de nuestra señora
llegan para todos momentos de abandono, de soledad y de desánimo como ha vivido también mi hijo Jesús.
Alzad entonces la mirada hacia él y os daréis cuenta que cercano está. Cuando alguno os ofende y no sois capaces de perdonar, pensad cuantas veces Jesús ha sido ofendido y calumniado y ha perdonado siempre hasta en su cruz cuando ha dicho: "padre, perdónales que no saben lo que hacen".
Os invito a orar porque solo con la oración se encuentra la fuerza de perdonar a los que hacen sufrir.
Orad para ser capaces de amar a todos, para vivir en la paz con Jesús y los hombres que están a vuestro lado.
Mis queridos hijos, si conseguís vivir los mensajes que os doy, encontraréis a Jesús, fuente de paz y de amor.
Vivid siempre en el amor de dios también cuando parece que todo se derrumba a vuestro alrededor.
Lo repito aún una vez más: meditad los mensajes que os doy y tratad, con todo el corazón, de ponerlos en práctica.
Si escucháis mis palabras os sentiréis animosos y fuertes para proseguir en el camino de la santidad a la cual todos sois llamados. Recordad que dios respeta siempre vuestra libertad.
Hijitos míos, ayudadme a salvar a la humanidad que se encuentra viviendo en este tiempo tan duro, difícil y peligroso.
Os invito a la conversión, a la oración y a la penitencia. Todos tendréis paz solo cuanto hayáis encontrado a dios.
Roma, 26 de noviembre de 1988
mensaje de nuestra señora
mis queridos hijos, continúo invitándoos a orar. Os exhorto a no hablar mal el uno del otro y si tenéis algo que decir, hablad directamente con el interesado con amor y caridad.
Cada uno de vosotros sabe si se equivoca o no, Jesús os ha dejado libres de hacer el bien o el mal. a menudo el mundo se aprovecha de los buenos, se comporta con ellos sin respeto y los trata con orgullo. Vosotros poned en práctica las enseñanzas de mi hijo Jesús: "sed sencillos como palomas y astutos como serpientes".
Roma, 4 de diciembre de 1988 - h.5:30 p.m.
Mensaje de nuestra señora
os he dicho que con el ejemplo podéis hacer mucho, pero debéis estar unidos a mí y a vuestro Jesús. Ayudad a quien quiere caminar por la vida de la santidad, orad por quien no quiere ir a dios.
Mensaje de nuestra señora
hijitos míos, buscad la palabra de dios, es un gran tesoro contenido en la biblia. Al igual que no podéis amar a una persona que no conocéis, tampoco podéis amar a dios si no conocéis sus revelaciones.
Cuando estáis enfermos de cuerpo, os preocupáis y os curáis, ¿por qué cuando estáis enfermos o muertos espiritualmente no utilizáis los medios que mi hijo Jesús ha puesto a vuestra disposición: los sacramentos? meditad estas tres palabras que voy repitiendo desde los primeros mensajes:
conversión, oración y ayuno.
No se puede hacer un camino de crecimiento cristiano y de santidad si no ponéis en práctica las enseñanzas que os he impartido, son las mismas que mi hijo Jesús ha predicado y que están contenidas en el evangelio.
Ayudad al prójimo que se encuentra en dificultades y en la necesidad aunque os cueste sacrificio; la caridad ocupa el primer lugar, las otras virtudes sin la caridad no sirven para nada.
Hijitos míos, preocuparos, orad, y actuad para la salvación del alma de vuestros hermanos, si cooperáis a la salvación de una sola alma, vosotros seréis preciosos a los ojos de dios que os recompensará con el paraíso.
Roma, 5 de febrero de 1989 - h.5:45 p.m.
Mensaje de nuestra señora
mis queridos hijos, abandonaos a dios, hasta que no os abandonéis a dios el camino será duro.
Caminad poco a poco, sin deteneros, tratad de poner a mi hijo Jesús en primer lugar. si sois capaces de poner a mi hijo en primer lugar, todo será más fácil en la vida y la jornada discurrirá en la paz de dios.
Escuchad la santa misa y comulgad. Antes de recibir cualquier sacramento preparaos y después de haberlo recibido haced una adecuada acción de gracias.
No tengáis prisa, no miréis el reloj, esos 5 ó 10 minutos de más que dais a dios os darán una hora de más, una hora de felicidad y de paz en familia.
Roma, 2 de abril de 1989 - h.5:30 p.m.
Mensaje de nuestra señora
comenzad con el abandono total a dios, todo lo que tenemos es un don suyo.
Os invito al ayuno; el mejor ayuno es el de pan y agua, a éste añadid la televisión y el tabaco y haced aquellos pequeños florilegios tan agradables a mi hijo Jesús. Muchos florilegios forman una flor y muchas flores forman una corona que vuestro amor puede ofrecer a dios.
Recordad: las oraciones no son nunca inútiles aunque no obtengan lo que vosotros pedís, porque dios conoce mejor que vosotros vuestras necesidades v lo que os hace falta.
Vuestro programa espiritual se puede encerrar en dos palabras: amor y oración.
Roma, 29 de abril de 1989
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