Ya estamos viviendo los signos de los tiempos del Apocalipsis. Satanás consiguió por medio de sus colaboradores, cegar, corromper y destruir las verdades de nuestra fe y de la moral sana de buena costumbre, lanzando así a la humanidad al abismo de la desgracia y de la eterna condenación. Santa Filomena con su gran poder y gloria, quiere ser nuestro socorro en nuestras necesidades y nuestra luz en nuestra caminata hacia el cielo. Para esto es preciso, romper definitivamente con el pecado, sobretodo el pecado de impureza, las malas compañías y las falsas filosofías que son contrarias a las leyes divinas y a la autoridad del Santo Padre. Esforcémonos en vivir las virtudes de santidad, asistiendo a la Santa Misa todos los domingos, confesándonos y comulgando con frecuencia, rezando Rosarios Completos todos los días. Hagamos también la Devoción de los nueve primeros viernes en honor al Sagrado Corazón de Jesús y de los cinco primeros sábados en honor del Inmaculado Corazón de María. Tengamos una gran Devoción a San José, porque él es el Santo más poderoso de la corte celestial y tiene el poder de volver posibles las cosas imposibles. Y a San Miguel Arcángel para que nos proteja de todos los peligros y de nuestros enemigos y un día presente nuestras almas a Dios.
Para alcanzar alguna gracia difícil, es necesario estar en estado de gracia, a través de una confesión individual bien hecha al sacerdote y hacer una novena de comuniones rezando la oración. Se fuera posible, mandar a celebrar 13 Misas en honor a los 13 años que vivió, por la conversión de los pecadores y a favor de las almas del purgatorio
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